Una lagrima en el momento justo, un silencio,
todos nos servimos de esas armas cuando queremos lograr nuestro objetivo.
Somos los directores de nuestra puesta en escena. Tragedia, comedia de
enredos, policial, el género que haga falta, el show que se necesite para poder
avanzar. Podemos actuar con verdad y convicción, un amor, un odio, una
pasión, lo único que importa es que haya otro que nos mire, porque es a ese a
quien le dedicamos el show. Mentira, verdad ¿importa? Si un nene hace un
berrinche para reclamar nuestro cariño ¿importa que ese berrinche sea un show?
Cada cual hace su juego, todos hacemos el papel de nosotros mismos, todos
actuamos. El que seduce
actúa, el que abandona actúa, el que pide, el que da, el que suplica, el que se
enoja, todos actúan. Todos hacen la escena, hacen el show. El tema no es
si está bien o está mal hacer el show, sino cual es el show más creíble.
Ellos hacen el show de los rebeldes, los idealistas. Y sin saberlo se
convierten en personajes de nuestro show, son los malos de nuestra película.
0 éxtasis, lsd y cocaína.:
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